on muchas las cosas que se pueden decir de Stonehenge, desde que fue un observatorio astronómico hasta que se lo utilizó para predecir los movimientos estelares y alinearse al ritmo de las estrellas para tener buenas cosechas. Se han escrito (y se siguen escribiendo) muchos libros que tratan sobre este monumento Megalítico que no deja indiferente a nadie.

Lo primero que sorprende de los restos de Stonehenge es lo pequeño que nos parece a primera vista. Originalmente, las piedras que se pueden observar hoy sólo eran una parte de lo que existía, hasta 3 círculos de piedras alineadas perfectamente, y círculos más exteriores que precedían esta monumental obra.

Los otros nombres por los que se le conoce son: Cor Gaur (gran círculo, címrico antiguo), Cathoir Gall (Coro de Gigantes, en Gaélico), Chorea Gigantum (Latín), Claudair Cyfrangon (tríadas, del antiguo galés), Stonenge (Sajón).

Lo que está fuera de toda duda es que este lugar fué construído tomando muy en cuenta la astronomia. Este gran reloj astronómico demuestra los amplios conocimientos de sus constructores, este calendario, magnífico, araña los misterios del cosmos y su exactitud sorprende a los más expertos.

Los druidas modernos siempre han considerado a este complejo como un templo solar, principalmente. Se le ha relacionado también con la luna, pero esto no es del todo claro. Se justifica esta aseveración por las tres formas de herradura que hay en el centro: los trilitos y la herradura de piedra azul. Si lo relacionamos con los relatos clásicos griego, es el templo de Apolo como deidad solar.

Se relaciona este complejo con los druidas, sin embargo hay que tener mucho cuidado porque dicha relación no es del todo clara. Las discusiones siguen dándose, y es muy probable que este lugar haya sido utilizado por pueblos anteriores. Sin embargo no se puede dejar de reconocer la estrecha relación del mundo druida con Stonehenge.

La geometría con la cual está construído Stonehenge nos lleva directamente a los conocimientos de la Geometría Sagrada. Hay tres Vesica Piscis presentes en el lugar. En el Solsticio de Verano la luz del Sol penetra la primera y la tercera: el número sagrado del sol penetrando en el número del espíritu de la tierra de Mercurio.

La última vez que estuvimos en Stonehenge ( y como es característico de nuestro trabajo allí) tuvimos el inmenso privilegio de estar solos durante una hora, antes del horario normal de visita. La primera sensación que sentimos fue de conexión con las estrellas. La certeza de que aunque estemos viviendo en la tierra, viviendo y desarrollando la maestría de ser verdaderos seres humanos, nunca hemos dejado de tener la conexión con el Cosmos, nuestro verdadero hogar.

La geografía circundante, de un verde exquisito y el profundo color azul del cielo, eran detalles que nos inspiraban para permanecer en reverente silencio, me medio de aquellas antiquísmas piedras, disfrutando del silencio.

Todo esto que te contamos, lo podrás experimentar por tí mismo cuando este allí. La cantidad y calidad de las sensaciones que uno puede transmitir torpemente a través de las palabras es algo que no se puede abarcar en su totalidad. Sólo necesitas estar allí y experimentarlo.

 



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